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Síndrome metabólico

Este síndrome, cada vez más común en mayores de 40 años, puede prevenirse y tratarse mediante actividad física y alimentación saludable.


¿Qué es el síndrome metabólico?

Consiste en la agrupación de una serie de alteraciones metabólicas (elevación de la glucosa y los triglicéridos, descenso del colesterol bueno, aumento de la presión arterial y obesidad de predominio abdominal) en una determinada persona. Estas alteraciones confieren a esa persona un mayor riesgo para desarrollar complicaciones cardiovasculares y diabetes. Además del riesgo para su salud que conlleva cualquiera de estas alteraciones.




¿Por qué se produce?

Las causas del síndrome metabólico son complejas y no bien entendidas. Probablemente ocurre en personas con alguna predisposición genética que desarrollan la enfermedad tras aumentar su peso o llevar una vida sedentaria. Más de la mitad de las personas con síndrome metabólico tienen un índice de masa corporal superior a 30 kg/m2 (lo que se considera obesidad). Aparentemente la obesidad de predominio intrabdominal (obesidad visceral) está más relacionada con esta enfermedad, probablemente porque la grasa del interior del abdomen es metabólicamente más activa.


Sin embargo no todas las personas con exceso de grasa corporal tienen un síndrome metabólico y, al contrario, existen personas delgadas con síndrome metabólico. Lo que parece bastante habitual en la mayoría de pacientes con síndrome metabólico es que presentan una alteración que se denomina “resistencia a la insulina”. La insulina es una hormona liberada por el páncreas que está encargada, entre otras acciones, de controlar el nivel de azúcar de la sangre. En los pacientes con síndrome metabólico, la capacidad de la insulina para introducir el azúcar (glucosa) en el interior de las células está alterada, es decir, estos pacientes tienen resistencia a la acción de la insulina, una alteración que puede justificar varias de las alteraciones metabólicas que presentan.


¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de síndrome metabólico requiere medir la circunferencia de la cintura y la presión arterial y realizar un análisis de sangre que determine la concentración de colesterol-HDL, de triglicéridos y de glucosa. Para que una persona sea diagnosticada de síndrome metabólico debe cumplir al menos 3 de los siguientes 5 criterios:

  • Obesidad abdominal. Es decir, obesidad localizada fundamentalmente en la tripa. Se diagnostica si la circunferencia de la cintura (medida a la altura del ombligo) es mayor de 102 cm en varones o de 88 cm en mujeres.

  • Presión arterial alta o en el límite alto de la normalidad. Un valor de presión arterial sistólica (máxima) igual o superior a 130 mmHg o de presión arterial diastólica (la minima) igual o superior a 85 mmHg, son criterios de síndrome metabólico.

  • Glucosa basal alterada o en el rango de diabetes. Una glucosa (azúcar) en sangre igual o superior a 100 mg/dL o el hecho de recibir tratamiento para la diabetes, es un criterio de síndrome metabólico.

  • Colesterol-HDL (colesterol bueno) bajo. Por debajo de 40 mg/dL en varones o de 50 mg/dL en mujeres.

  • Triglicéridos altos, 150 mg/dL o un valor superior.


¿Puede prevenirse?

El consumo de una dieta saludable dirigida a mantener un peso ideal y la realización de ejercicio físico habitual reducen la posibilidad de padecer un síndrome metabólico.


¿Cuál es el tratamiento del síndrome metabólico?

El tratamiento del síndrome metabólico es doble. Por una lado la realización de hábitos de vida saludables dirigidos al control del exceso de grasa corporal (si la hubiera) y de la resistencia a la insulina y, por otro lado, si fuera necesario, el tratamiento con medicinas para controlar los factores de riesgo.

En este caso, a nivel nutricional, se aplicaría un protocolo de dietoterapia buscando la reducción de azúcares simples y grasas poco saludables, el aumento de ácidos grasos monoinstaurados y poliinsaturados, el consumo de proteínas de calidad, vegetales y frutas y cereales integrales.


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