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Alimentos procesados: que sí y que no

Actualizado: 3 ene 2022


¿QUÉ ES UN ALIMENTO PROCESADO?


Son aquellos que han sufrido algún tipo de modificación para su consumo sean de origen vegetal o animal


Estas modificaciones son realizadas por la industria de la alimentación para :

  • Aumentar la vida útil de los alimentos (añadiendo aditivos, envasados especiales, etc.)

  • Mejorar/modificar las características organolépticas (potenciar el sabor, modificar la textura, potenciar el aroma…)

  • Mejorar el envasado y/o almacenamiento (atmósferas modificadas, conservas, etc.)

  • Diversificar la oferta de alimentos

  • Atender a demandas del consumidor (alimentos ya pelados, previamente ya cocinados para reducir tiempo de cocinado en casa, alimentos funcionales, etc.)

Los alimentos procesados tienen que mantener unos buenos estándares de calidad y seguir normativas establecidas sobre seguridad alimentaria.


Actualmente está extendida la idea de que los alimentos procesados son poco recomendables y que se debe consumir solamente alimentos frescos.

Si bien los alimentos frescos suelen ser beneficiosos para la salud, también hay alimentos procesados que lo son.


¿Cómo diferenciar un buen procesado?


Escoge aquellos que se mantengan lo menos procesados posible y con muy pocos ingredientes en su etiqueta. Algunas ideas son:


Otros:

  • Vegetales envasados en atmósferas modificadas en refrigeración: lechugas, espinacas, ensaladas, acelgas…

  • Pan de calidad: integrales, de masa madre… Fíjate en el etiquetado y escoge aquellos con mayor cantidad de harina integral y con pocos ingredientes.

  • Pastas de cereales integrales o legumbres: pasta de trigo sarraceno, lentejas...

  • Tostadas/tortas de arroz, maíz


En definitiva, el procesamiento de alimentos nos permite acceder a una gran diversidad de alimentos, abaratar costes y mejorar el almacenamiento de los mismos.


Si bien este aumento de la diversidad ha dado lugar a alimentos poco recomendables para la salud, altos en azúcares y grasas pocos saludables, también ha permitido aumentar la durabilidad y/o la utilización de alimentos frescos. Muchos de estos alimentos no podrían ser consumidos si no sufrieran algún tipo de procesamiento, como el aceite de oliva, el vinagre o el café. Otros muchos, serían menos consumidos debido al tiempo de cocción que necesitan, como las legumbres en conserva.

La clave es fijarse en el etiquetado, elegir aquellos que estén mínimamente procesados y que mantengan una composición nutricional saludable.



Autora: Gloria Lorenzo Ferreira


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